José González Ortiz coordinará las III Jornadas de Historia de Argamasilla de Calatrava que se celebraran el viernes 17 de abril

imageApenas quedan unos días para la celebración de las ‘X Jornadas de Historia Local ‘Biblioteca Oretana’ III de Argamasilla de Calatrava’ organizadas por Ediciones C&G y coordinadas por José González Ortiz. Que tendrán lugar el próximo viernes, 17 de abril, a las 20,00 horas, en el Salón de Actos del Ayuntamiento de la villa.

 

José González Ortiz (Puertollano,1951). Escritor, crítico de arte. Técnico Conservador de los Museos Municipales, Archivo y Patrimonio del Excmo. Ayuntamiento de Ciudad Real. Ha publicado trabajos y artículos de temática variada: alfarería, fotografía, arte, ficción, biografías, siendo su último trabajo publicado “La Necrópolis de Puertollano”. Es uno de los pioneros de la arqueología en la comarca de Puertollano y descubridor de su alfarería extinguida.

III Jornadas de Historia de Argamasilla de Calatrava

Las primeras Jornadas de Historia Local "Biblioteca Oretana", también fueron las primeras de Argamasilla de Calatrava, en el año 2004, sirvió para rendir homenaje al historiador de Puertollano don Francisco Gascón Bueno y a reeditar con tal motivo su agotado libro "La Villa de Argamasilla de Calatrava a finales del siglo XVIII". “Para esta ocasión, y promovidas por Ediciones C&G, retomamos por tercera vez aquella propuesta con el mismo espíritu de entonces”, afirma González Ortiz.

Al igual que en la edición celebrada en el año 2013, se tendrán las ponencias que van a concurrir publicadas y asequibles para los interesados, posibilitando el acceso a la documentación aportada por los intervinientes, y lograr la "frescura" inherente al momento, la prontitud, espontaneidad, oportunidad y temporalidad en la exposición de los temas y simultáneamente -al mismo tiempo- su fijación paralela en un soporte escrito, el libro correspondiente a la presente convocatoria.

En esta “III Jornadas de Historia de Argamasilla de Calatrava”, se hace una nueva apuesta “para conocer igualmente otros apartados sustanciosos e interesantes y que en el pasado configuraron diferentes aspectos importantes que también dejaron su huella, su impronta en la villa de Argamasilla de Calatrava y entornos”, nos dice Ortiz.

“En esta ocasión son dos los investigadores los que nos van a ilustrar con sendas ponencias que con anterioridad no se habían suficientemente tratado ó poco se habían expuesto. En todo caso sucintamente, incompletamente se habían dado a conocer y estaban ciertamente difuminados sus contenidos en las nebulosas del tiempo. Ellos son Daniel Marín Arroyo y Manuel Ciudad Ruiz que nos van a informar en sus aportaciones sobre el añorado e irremisiblemente perdido “Trenillo de la Calzada” y en el apartado espiritual sobre “La iglesia de Santa María la Mayor y las ermitas de Argamasilla de Calatrava”. Dos temas interesantes y que nos darán una documentada visión sobre estas entrañables y no muy conocidas propuestas en el acontecer histórico de la ciudad”, nos informa González Ortiz.

Durante el acto de celebración de las terceras jornadas de historia de la localidad, con motivo del ‘Día del Libro 2015’, junto a la compra del volumen que reúne las ponencias de dichas jornadas “Historia de Argamasilla de Calatrava III”, Ediciones C&G regalará un ejemplar del estudio de Julio Bayo ‘Semana Santa en Argamasilla de Calatrava’.

Manuel Ciudad Ruiz

Manuel Ciudad Ruiz en su tema: “La iglesia de Santa María la Mayor y las ermitas de la villa de Argamasilla de Calatrava en 1515” presenta una investigación teniendo como base fundamental de aportación de datos el libro de visitas del año 1515, en donde se recogen una valiosa información que proporcionaron los visitadores que periódicamente controlaban todo lo concerniente a la parroquia de Santa María de Argamasilla de Calatrava, perteneciente a la Orden de Calatrava pero sometida a doble jurisdicción, por un lado la susodicha Orden de Calatrava y, el Arzobispado de Toledo. Jurisdicción que se delimitó en el año 1245 (33 años después de la Batalla de las Navas de Tolosa). Argamasilla en el año 1515 se hallaba escasamente poblada y por consiguiente la vinculación de la gente con su iglesia y ermitas era ciertamente precaria. El trabajo de Manuel Ciudad Ruiz ahonda en la forma como se distribuían los diezmos y primicias entre el Arzobispado de Toledo y la Orden de Calatrava. En el siglo XVI la Iglesia Parroquial de Argamasilla de Calatrava fue servida por un solo clérigo con cargo de rector que más tarde se denominó prior. Por otro lado, e igualmente en este estudio se trata los órganos de gobierno y los diversos controles a que se sometía entre ellos sobre la fábrica del edificio de culto, objetos litúrgicos, ornamentos y libro de iglesia, propiedades y rentas. También se estudia sus ermitas en el año 1515 como la Ermita del Corpus Cristi que posteriormente en el año 1575 ya había desaparecido. Igual suerte corrió la Ermita de Santa María del Espino que en ese mismo año de 1575 era una sombra de lo que fue. La Ermita de Santa María la Rosada cambió posteriormente su nombre por el de Ermita de Nuestra Señora del Rosario para más tarde adscribirse a la advocación de Ermita de San Blas. Igualmente se cita en el estudio a la Ermita de San Cristóbal. Por otro lado complementa su estudio Manuel Ciudad Ruiz con un Apéndice Documental referido a las visitas a la iglesia de Argamasilla de Calatrava y las ermitas expuestas.

Daniel Marín Arroyo

Daniel Marín Arroyo nos presenta en esta edición de las Jornadas: “El proyecto de prolongación del trenillo. La Estación de Argamasilla de Calatrava”. Aquél tren de vía estrecha popularmente conocido como “El trenillo”, forma hoy día parte de la arqueología industrial de una parte importante del territorio provincial y nuestro autor en su aportación nos ofrece un exhaustivo estudio sobre su devenir y circunstancias. Comenzó como un proyecto de ferrocarril rural del Ministerio de Fomento en el año 1891. Por lo tanto se sitúa la llegada de la línea ferroviaria de Valdepeñas a Calzada de Calatrava en los últimos años del siglo XIX. Fue su promotor entre otros Don Pedro Ortiz de Zárate y Zuloaga empresario que poseía la finca Montachuelos y deseaba comunicarla y abastecerla por ferrocarril. Así la vía estrecha en un principio era un proyecto desde Valdepeñas a Calzada y que más tarde se prolongó hasta Puertollano. Vía que nació con un ancho de 60 cms para más tarde, en el año 1892 cambiarse a un ancho de vía de 75 cms. Fue en el año 1898 cundo se decide prolongar la línea hasta Puertollano en la idea de conectar la cuenca hullera e incipiente y posterior industria de destilación de la pizarra bituminosa y sus derivados con Calzada de Calatrava y Valdepeñas, otros de los núcleos industriales importantes de la provincia de Ciudad Real. Así el recorrido que hacía aquel primitivo ferrocarril era Valdepeñas-La Gredera-Moral de Calatrava-Montachuelos-Granátula de Calatrava-Calzada de Calatrava-Aldea del Rey-Miró-La Zarza-Argamasilla de Calatrava- Puertollano.

En el año 1963 se produce la sentencia de muerte sobre la vía estrecha del “Trenillo de la Calzada”, feneciendo lógicamente la “Compañía del Ferrocarril de Valdepeñas a Puertollano” que lo sustentaba. Años de incertidumbres y proyectos abortados en sus inicios, etapas peculiares de construcción, trayectos, circunstancias, territorios, tecnología de la época, estaciones, apeaderos, arquitecturas, economías, gentes… es el contenido de esta sustanciosa investigación de Daniel Marín Arroyo. En mi caso, aún recuerdo la vieja Estación del trenillo en Puertollano situada en las inmediaciones de la iglesia “Virgen de Gracia” y lamiendo la falda del Cerro Santa Ana cuyo edificio de viajeros era de una sola planta y adosado a él una “oficina” de agentes, retrete y pequeño almacén. Cerca se hallaba las carboneras y dos muelles descubiertos. Por otro lado una pequeña plataforma circular servía para girar las locomotoras y cambiarles la posición. Hoy día son viejos recuerdos que bien rememora éste estudio sobre el ferrocarril en nuestra provincial y que a muchos que lo conocimos nos generas sentidas y entrañables evocaciones. También frustraciones y penas por no haberse conservado tan peculiar medio de transporte del pasado. Hoy día una verdadera reliquia tecnológica.

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