Los vecinos de Argamasilla de Calatrava celebraron este fin de semana a San Antón, cumpliendo con la tradición de bendecir a los animales y de nuevo se ha sorteado un guarro entre los vecinos. Se trata de una festividad de gran calado popular, ya que ha sido organizada por los propios vecinos y la parroquia, con la colaboración del ayuntamiento.
Fue por la tarde del domingo día 17, cuando la imagen del santo salió en procesión por las calles del barrio, acompañado de una gran cantidad de fieles y sus mascotas, que previamente habían sido bendecidas a la puerta del templo parroquial por parte del párroco de Argamasilla de Calatrava, Felipe Muñoz, y en la que se hizo entrega a todos los participantes de un número para participar en la rifa del guarrillo de San Antón. A la finalización de la procesión se celebró la eucaristía.
Y de ahí todos los presentes se fueron de vuelta a las calles, para vivir en fraternidad el apetecible momento de las hogueras de san Antón, que se mantienen vigorosas a pesar del paso del tiempo en las inmediaciones de la iglesia parroquial.
Institucionalmente, la representación corrió a cargo de la alcaldesa Jacinta Monroy, quien estuvo acompañada por el concejal Jacinto Arriaga, quienes transmitieron el agradecimiento de la Corporación a estos vecinos que “se entregan por mantener esta tradición tan relacionada con un pueblo de origen agrario como es el nuestro”.
En general, la alcaldesa valoró la colaboración que a las tradiciones realizan todos los rabaneros, “pues sin la participación de los vecinos, ésta y el resto de las costumbres de nuestro pueblo no existirían hoy en día”.
Cabe señalar que por segundo año consecutivo los vecinos, con el afán de engrandecer la fiesta popular, y evitar que se pierdan las tradiciones, como esta del “Guarrillo de San Antón”, han decidido de nuevo sortear el animal que, si bien no ha engordado vagando libremente por las calles de Argamasilla, como se hacía antiguamente, si se rifó entre los participantes en la bendición de animales y que en esta ocasión le ha correspondido a un vecino del barrio llamado Raúl García Lobato.
Como en toda celebración la gastronomía también tiene un fuerte presencia y en este caso con un componente muy tradicional: la omnipresente “limoná” manchega elaborada con el vino local Argavin, los primeros productos de la recién hecha matanza asados en las ascuas de las hogueras y la degustación del “tostao” o “puñao de San Antón” un curioso aperitivo compuesto de semillas de trigo, cañamón y cebada, salados y tostados en sartén.
En el caso de la de san Antón, cabe referir que este santo nació en una población del alto Egipto y fue un monje cristiano que vivió en-tre los siglos III y IV después de Cristo. Durante muchos años vivió como anacoreta, dedicándose al trabajo manual, la oración y la lectura.