En la tarde de este jueves tenía lugar la habitual recepción que los munícipes de Argamasilla de Calatrava brindan a los niños saharauis que disfrutan del clima y servicios de España durante los meses de julio y agosto. Este año, por cuestiones de logística en origen, su número se queda en tres pero, como novedad, la acogida de las familias alcanza también a tres pequeños de Ucrania.
“El verano no sería lo mismo sin la presencia de estos niños”, comentaba la alcaldesa durante el acto, congratulándose de que se abre el abanico no sólo para los llegados desde los campamentos argelinos de refugiados, sino también de la zona de Kiev. “Las puertas de Argamasilla de Calatrava siempre están abiertas para todos y en especial para estos pequeños”, enfatizaba Jacinta Monroy.
La regidora, que mostró su gratitud por “el ejemplo de solidaridad de las familias” de acogida, instó a la ciudadanía en general a reflexionar que, “a pesar de esta tremenda crisis que no nos termina de abandonar, quienes aquí vivimos lo hacemos mejor, con nuestro sistema sanitario y en general no nos falta lo esencial”, en contraposición a las condiciones de vida en los territorios de procedencia de los pequeños.
Por eso mayor razón si cabe para abrir “las puertas del Ayuntamiento y de nuestro pueblo, para ayudarles” y para, como refería Monroy, compartir con ellos todas las actividades programadas en el Parque ‘Huerta Asaura’ durante estas fechas, la Piscina, los cursos y todo lo que contribuya a su diversión.
El presidente de la Asociación ‘Oásis’ de Amigos del Pueblo Saharui, Luis Manuel Alfaro, se mostraba especialmente contento por el apoyo que las instituciones brindan a este programa de acogida. En el caso de la Diputación, sufragando los gastos del billete que hace posible el viaje, algo que “en otras provincias no ocurre eso y la afluencia de niños es menor”, indicaba.
Y por la parte municipal, “el Ayuntamiento hace dos ayudas, la primera de acogida es con ropa y calzado y también hay otra al final que llevan a sus familias”, refería Alfaro.
Todo ello parece poco en comparación al cariño y al esfuerzo que vierten sobre los niños acogidos sus respectivas familias temporales. Eva es una de las “madres primerizas” en estas lides y reconocía que la experiencia está siendo “preciosa y los niños, la verdad, es que son encantadores y se hacen mucho de querer”.
Reconoce que hay dificultades idiomáticas en el caso de los niños ucranianos, pero la falta de entendimiento ya sea por carencias de inglés, español o la lengua de aquel país del este europeo, se suple a través de “gestos, sonrisas y todo, al final, muy bien”.
Y el teniente de alcalde Sergio Gijón refería su alegría por ver hecho realidad el anhelo de contar con pequeños en acogida procedentes de Ucrania. A este respecto, el munícipe daba las gracias a las familias que se han animado a acogerlos, y que tanto unos como otros “tengan unas verdaderas vacaciones en paz”.
También reiteraba el apoyo consistorial a estas familias “para que todas las carencias que estos niños al llegar presentan, las podamos cubrir, pero que también disfruten de Argamasilla y tengan las puertas abiertas de nuestro pueblo”.
“En definitiva -concluía el edil-, somos un pueblo solidario, acogedor y aquí está la muestra de cómo los vecinos de Argamasilla dan siempre ese paso adelante por acogerlos y nosotros los vamos a apoyar en todo lo que necesiten”.