· Alumnado del IES ‘Alonso Quijano’, sensibilizado con ‘Chicas Nuevas 24 horas’
· Pimienta, Matías, Monroy y Domínguez también participaron en la actividad
Las condiciones de suma desigualdad económica que lleva a familias sin recursos a vender a sus niñas y jóvenes a proxenetas, la falta de actuaciones policiales y judiciales rigurosas contra clubes de alterne y proxenetas y el fácil acceso al porno por parte de un público cada vez más joven que busca reproducir los roles de sumisión y dominación que aparecen en ese tipo de videos, hacen que el problema de la trata de mujeres sea una lacra a la que es muy difícil poner coto.
Así lo han conocido este viernes 13 de abril estudiantes de Secundaria y Bachillerato en el IES ‘Alonso Quijano’ de Argamasilla de Calatrava, población a la que se ha trasladado la realizadora toledana Mabel Lozano para dar la relevancia y la visibilidad que merece esta situación tan grave y penosa, en la que son sometidas a tratos vejatorios e inhumanos quienes caen en las manos de estas redes mafiosas.
Lozano, que ha presentado en el Centro Cultural su impactante documental ‘Chicas Nuevas 24 horas’, premiado internacionalmente por reflejar la situación que muchas mujeres de diferentes edades sufren como víctimas de trata sexual en tantos países del mundo, ha estado acompañada por la representante en Castilla-La Mancha del colectivo AEITI, Angélica Matías, así como por la alcaldesa Jacinta Monroy y la munícipe de Igualdad Laura Domínguez.
En rueda de prensa previa, la regidora ha reconocido su “sorpresa desagradable” al conocer los pormenores de esta esclavitud creciente en pleno siglo XXI como es la prostitución. “Es tal el grado de normalización que tiene, que ni nosotras mismas lo concebimos como un problema y es ciertamente lamentable la normalización con que la sociedad la percibe”.
Generar una sociedad crítica empezando por los jóvenes
De ahí que Monroy Torrico abogue por educar críticamente a toda la sociedad, jóvenes y también adultos, “para que la realidad la asumamos como tal y no en esos roles y cultura machista en la cual todo se tapa”. De ahí que actuaciones como la de Mabel Lozano, las aportaciones solidarias de la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI) y del propio Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, merezcan el máximo respeto y apoyo por parte de la alcaldesa rabanera.
Precisamente, la responsable en la provincia de este órgano que vela por los derechos de la Mujer, Carmen Pimienta, ha alabado la lucha que desde 2007 abandera Mabel Lozano, “concienciándonos de algo que tenemos al lado de casa y de lo que, normalmente, ni somos conscientes”.
Pimienta, que ensalzaba a Monroy su condición de “cómplice y colaboradora de cada una de las actuaciones del Instituto de la Mujer”, así como la gran labor de las trabajadoras del Centro de la Mujer con la complicidad de Laura Domínguez, apuntaba datos estadísticos que evidencian la gran dimensión del problema.
Pimienta denuncia la trata como cruel forma de violencia de género
“La trata es una de las formas de violencia de género más crueles, más aniquiladoras y más brutales contra mujeres y niñas y conocemos datos como que aproximadamente 4,5 millones son víctimas de este tipo de trata”, cifra relevante si se tiene en cuenta que en general hay 12 millones de personas en el mundo en redes de diferente tipo de trata.
Además, añadía, “tenemos el triste mérito de ser el tercer país del mundo en consumo de sexo”, con el problema añadido de que “no solo somos un país que consume, sino en el que han descendido las edades de consumo y aumentado el número de consumidores entre la población juvenil”. El cambiado de patrones de conducta es otra realidad, “porque cuando un chico joven va a consumir sexo de una mujer prostituida, se está observando que son bastante más violentos e irrespetuosos con ella”.
La directora del Instituto de la Mujer en la provincia ciudadrealeña recordaba que ésta es “una forma de violencia de género”, ante la que se hace preciso actuaciones de organismos sociales y educativos para “buscar otras maneras de ser masculino y erradiquemos esa manera hegemónica y machista en la que hay una relación de dominio y de poder”, apostando por relaciones afectuosas e igualitarias, algo que como añadió es “prioritario para el Gobierno de García Page”.
Desde AIETI, Angélica Matías reconocía el importante papel de las administraciones públicas porque “las ONG nos vemos respaldadas en nuestras actuaciones por estas decisiones políticas”. Añadiendo al respecto que “desarrollamos nuestro papel de sensibilización en la sociedad actuando con jóvenes para, en un futuro, poder equilibrar las desigualdades que originan la explotación sexual de niñas y mujeres en estos países”.
En los locales de alterne más cercanos
También agradeció a Mabel Lozano “su implicación en el tema, porque es necesario reforzar todas estas acciones y llegar a todos los lugares más recónditos de la región, que cuenta con un gran números de clubes y locales de alterne, que están a la vista de todos y todas. Contra ello tenemos que ir planteándonos que las cuestiones de trata no pasan a miles de kilómetros, sino que están en nuestro contexto”.
Lozano, muy crítica con el tratamiento de este asunto en los medios de comunicación, aboga por “tejer las redes que arropen a las desnudas de derechos” y en este sentido valora la implicación de la directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, Araceli Martínez, que hace tres años apostó por trasladar ‘Chicas Nuevas 24 horas’ al alumnado de los institutos para generar ya esa visión real y crítica ante el problema.
La realizadora toledana coincidía en lo apuntado por Pimienta en relación al acceso al sexo de pago por los jóvenes y lo que pretenden con ello por analogía en lo que ven como “grandes consumidores de porno” que son, cada vez a edades más tempranas y de forma más masiva.
A su juicio esta imitación del porno de sumisión y de desigualdad, es conciencia directa de que no se está trabajando en pro de “relaciones afectivosexuales sanas, no se les habla de sexualidad, somos un país muy pudoroso y la mayoría de estos chavales nunca en su casa han hablado con su familia ni de sexo ni de prostitución, ni de trata ni de nada”, apuntaba.
Mabel Lozano explicaba que ante esta terrible omisión que conduce cada vez antes al sexo de pago y, con ello, al incremento de las redes de trata de explotación sexual, en sus películas retrata esta otra cara de la moneda tan terrible, la de las “víctimas de la trata, como una niña de quince años que lo único que quería, como todos los chavales, era ser feliz, pero la única diferencia es que Yandy [que así se llama una de sus protagonistas] ha nacido en el alto andino, en una situación de gran vulnerabilidad”.
El efecto en los jóvenes que ven documentales como el mostrado este viernes en el Centro Cultural es, según esta mujer luchado embarcada ya en un largometraje de denuncia y acaba de ver publicado su libro ‘El proxeneta’, que “al final empatizan porque ven jóvenes como ellas, pero que están en burdeles de carreteras que normalizamos, o en anuncios de contactos en periódicos”.
Porque también, lamentaba, “la prostitución está muy normalizada en nuestra sociedad, con puticlubs en todos los lados pero nadie se cuestionaba qué tipo de mujeres están ahí, en qué condiciones “. Con el agravante de que “cuando se habla de la trata se hace como un problema y es un error, porque la trata es un delito que está en el Código Penal y vulnera todos los derechos humanos”.
Pero también reconoce Lozano que nuestra legislación es “laxa”, la prostitución se entiende “alegal” y, por si fuera poco, “no hay ley contra la trata sino planes, el proxenetismo consentido no está tipificado y por ahí entra todo. La ciudadanía lo ve todo muy normal y en ese vacío campan a sus anchas todos los tratantes de un negocio multimillonario que ya está por delante del narcotráfico. El dinero lava muchas conciencias y salen baratas las condenas”, aseveró.