· Los pequeños recibieron el tradicional agasajo de bienvenida del Consistorio
· Pretenden revitalizar la solidaridad de más familias con una próxima campaña
Dos niñas y un niño ucranianos y una niña saharaui se integran ya por estas fechas con el resto de vecinos de Argamasilla de Calatrava, en una nueva muestra más de generosa solidaridad por parte de familias de esta población, que entregan su cariño y recursos al bienestar de estos menores que tienen la oportunidad de recibirlo durante el verano.
En días atrás tenía lugar la tradicional recepción de bienvenida brindada por el Ayuntamiento rabanero, encarnado en su concejal de Bienestar Social, Sergio Gijón, pero también por parte de la nueva concejal Ana Belén Sáez quien, además, ejercía su otra condición de madre de acogida junto al resto de su familia.
Las familias que este año dan cabida a los menores comentaban durante el acto la vivencia que supone ser partícipe de esta experiencia que sigue siendo tan edificante que, aun a pesar de la responsabilidad que entraña, la satisfacción mutua es muchísimo mayor.
“El año pasado, cuando vino, se encontraba muy cortada, se nos acercaba pero se iba enseguida con los demás niños y en cambio este año, cuando nos ha visto, enseguida se ha tirado a nosotros, abrazándonos como si nos conociera de toda la vida y ese encuentro te llena de mucha satisfacción y felicidad”, apuntaba Sáez.
La munícipe era la encargada de entregar en esta ocasión el tradicional presente que cada año brinda en la llegada el Consistorio de Argamasilla de Calatrava a saharaui y ucranianos, esta vez consistente en unas mochilas con diferente material escolar que engrandecían las caras de felicidad de los afortunados.
Cabe recordar que el periplo lejos de sus puntos de origen, tiene el motivo principal de dejar que sigan en contacto con unas condiciones ambientales adversas y de servicios deficientes, ya sea por el rigor climatológico del desierto sahariano, los efectos de la radiación de Chernóbil o la falta de recursos médicos avanzados y nutrición adecuada.
En ello se posiciona el Ayuntamiento que dirige Jacinta Monroy, pues por boca de Gijón, “creemos que es importante mantener viva esa llama de la solidaridad porque creemos que estos niños lo necesitan”, en especial porque, añade, “vienen de las zonas más humildes de Kiev y del Sáhara y nosotros podemos darle estas vacaciones en paz en nuestro pueblo”.
Por eso, el también teniente de Alcaldía reitera que “por parte de nuestro Ayuntamiento, ponemos a disposición de las familias todo lo que necesiten, pero sobre todo todas las actividades municipales o la piscina municipal, para que tengan unas vacaciones divertidas”.
El edil, que en lo más humano se muestra feliz de que “año tras año vemos cómo van creciendo estos niños, cómo van aprendiendo el idioma, cómo incluso se van acostumbrando a las costumbres de nuestro pueblo”, razona así que por eso mismo “vamos a seguir animando a más familias a seguir con este bonito gesto”.
Y por parte de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui ‘Oasis’, su presidente, Luis Manuel Alfaron, aun siendo consciente de lo que supone que el programa Vacaciones en Paz esté ahora mismo en su mínima expresión, prefiere ser optimista y, “aunque solamente sea uno, se nos alegra el corazón verlos porque, al fin y al cabo, le da un poco sentido al programa”.
“Y ojalá hubiese un niño [saharaui] en todos los pueblos de España porque eso sería también distinto”, enfatiza, valorando el interés municipal de hacer una campaña para animar a más familias de la localidad, que puedan estar interesadas en la acogida, a dar finalmente un paso al frente.
“Vamos a intentar hacer algo distinto para, con la colaboración del Ayuntamiento, podamos llegar a más personas que sepan la realidad de estos niños que tanto necesitan”, explica Alfaro.
Sentimientos y posibilidad de ayuda solidaria que son posibles también gracias a la inestimable colaboración de la Diputación Provincial de Ciudad Real, encargada de sufragar el gasto de los viajes desde sus lugares de origen, tal y como agradecen los responsables municipales.