El Club de Lectura ‘Cueva de Medrano’ escribe su capítulo más feliz con la Mención de Honor a la Cultura 2020

·        Forman parte de él 25 integrantes que han establecido así estrechos lazos

·        Cristina Peralta comparte la satisfacción de sus compañeros por la distinción

Este año el elenco de menciones honoríficas que otorga el municipio de Argamasilla de Calatrava lo completará el Club de Lectura, que recibirá la del apartado Cultura, por ser la suya una iniciativa que despertó desde un primer momento gran interés entre los aficionados a esta disciplina cultural nacida al calor de la Biblioteca Pública ‘Medrano’.

De entre sus ya 25 integrantes, ejerce de portavoz Cristina Peralta Merchán, una joven rabanera que, además de ser ávida lectora, hace sus pinitos desde el otro lado de las letras y páginas, conforme así lo atestiguan los siete premios que ha obtenido ya en diferentes convocatorias de certámenes literarios en la localidad.

En otra agradable charla previa al acto institucional que este domingo 6 de septiembre se va a desarrollar en el Centro Cultural, con aforo limitado, para entre otras cosas hacer entrega de todos los reconocimientos que el Consistorio ha querido mantener como arma vitalista frente a la pandemia, Cristina habla de la esencia de este movimiento.

“Es, sencillamente, un lugar de encuentro muy enriquecedor, donde poder intercambiar ideas e impresiones sobre la obra que todos leemos previamente, en donde te expresas libremente y sin sentir que nadie juzga tus gustos, sean de literatura erótica o de argumentos de misterio”, señala la entusiasta joven, a quien enorgullece reconocer que “estamos en pueblo culturalmente muy rico”.

Inquietud que llevó, principalmente a tres personas, a poner la primera letra de un club que ya ha escrito numerosos capítulos de su andadura, a pesar de lo bisoño que puede resultar sus poco más de dos años de vida. Toñi Huertas que es directora de la Biblioteca, el librero Javier Lozano y el editor Julio Criado pergeñaron su creación.

Y bastar con echar el anzuelo principalmente en la ‘Medrano’ para que muchos de sus usuarios cayeran entusiastamente en la tentación de recrear con sus opiniones y aportaciones, los argumentos de muchas de las obras leídas e, incluso, rayando una discreta heterodoxia, de series y películas.

Cristina Peralta rememora que fue con ‘Tacones rojos’, de Javier Márquez y con su presencia apadrinadora, como se vistió de largo en su estreno el Club de Lectura ‘Cueva de Medrano’, reconvirtiendo también el espacio bibliográfico de la calle José María Roales, en entregado parlamento para gloria de la literatura y sus diversos géneros.

El de Puertollano abría así un índice por completar de presencias y obras de autores de la comarca y de otros puntos de la provincia, algo que va engrandeciendo un bagaje de actividad que, aun a pesar de la pandemia y de la paralización de tantas actividades, sigue muy activo por mor del grupo de mensajería WhatsApp que comparten.

Normalmente la obra que va a ser objeto primero de placentera lectura y posteriormente de apasionado debate “se elige por consenso y siempre también en función de la disponibilidad del número suficiente de ejemplares”, refiere esta escritora en ciernes, reconociendo que es habitual completar el cupo necesario gracias a la Biblioteca de Ciudad Real.

La variedad de títulos que atesora el mercado literario lleva normalmente a muchos a apostar o desechar un libro simplemente por la impresión que les ejerce la cubierta que envuelve la obra, pero como reconoce Cristina, “al estar en un club de lectura como el nuestro, descubres argumentos que no pensarías que te pudieran gustar”.

Lo cual tiene por añadidura, en el caso de este colectivo rabanero de lectores, que hasta la irrupción del coronavirus se reunían presencialmente cada quince días, la posibilidad “hacerte tu propia biblioteca particular” al adquirir con descuento en sus precios de venta determinados títulos, principalmente de los escritores de la tierra.

Con la puesta en marcha del Club de Lectura ‘Cueva de Medrano’, Argamasilla de Calatrava cierra un círculo en torno al fomento de las letras en sus más diversas variantes merced a certámenes como el nacional de relatos de Librería Delfos, el que tiene lugar en torno a San Valentín o los de relatos y poesía de las fiestas patronales, sin olvidar tampoco los encuentros estacionales de poesía.

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